Tocar la iluminación con el cuerpo

Como muchos occidentales, siempre asumí que la meditación era un fenómeno «espiritual», lo que entendí como que de alguna manera tenía que ver con reinos más allá de lo físico. Durante mucho tiempo no me di cuenta de que creía esto, pero en retrospectiva veo que sí. Al mismo tiempo, también es obvio que la práctica de la meditación en realidad tendía a llevarme en la dirección de un compromiso más profundo con lo físico. Especialmente en los intensivos o en los retiros, sentía una cantidad considerable de malestar físico, que veía como una desviación desafortunada e innecesaria de lo que se suponía que “realmente” estaba haciendo. Pensé que, si podía deshacerme de mi malestar, podría progresar más rápidamente en mi práctica. No tenía una idea muy clara de lo que podría significar «progresar», pero definitivamente no incluía la angustia física.

Regresen al Amor

El amor empieza conmigo. Si ustedes no se aman a sí mismos, nadie más lo hará. No sólo eso, no serán buenos amando a nadie más. El amor comienza con el yo.
Perciban cada día si están eligiendo vivir en miedo o en amor. El miedo puede mantenerlos desconectados de la presencia amorosa en el interior de ustedes. Provocar miedo es una táctica del ego, sea el propio ego de ustedes o el ego del mundo. El ego del mundo es un reflejo del poder del ego individual y de la cantidad de miedo que está activa.
El miedo está presente cuando olvidamos que somos una parte del diseño divino de Dios. Aprender a experimentar amor auténtico significa abandonar la insistencia del ego de que ustedes tienen mucho que temer y que están en un mundo hostil. Pueden tomar la decisión de librarse del miedo y de la duda y regresar a la luz brillante del amor que siempre está con ustedes. Quienes ustedes son es ese amor despejado.

Sencillas lecciones Zen del maestro D. T. Suzuki

Daisetsu Teitaro Suzuki ha sido uno de los más grandes divulgadores del pensamiento oriental en Occidente. Su vida comenzó como el cuarto hijo de un matrimonio de la casta samurái, que perdió sus privilegios a finales del siglo XIX; desde entonces persiguió una visión más filosófica de la vida estudiando en universidades japonesas, pero también en distintos monasterios.

Los Templarios

La historia de la Orden de los pobres caballeros de Cristo del Templo de Salomón es bien conocida y ha sido objeto de documentales y películas, aquí sólo vamos a reflexionar sobre la vertiente esotérica de la Orden.
Sabemos que la Orden fue fundada en 1118 en Jerusalem, por el caballero francés Hugo de Payen y 8 caballeros más bajo el reinado del rey Balduino I de los territorios recién conquistados por la primera cruzada..
La Orden tenía como primer objetivo una misión exotérica, es decir proteger a los peregrinos que visitasen Tierra Santa, sin embargo los Templarios poco a poco desarrollaron un objetivo esotérico, unas ceremonias de iniciación que han sido objeto de largos debates y especulaciones.

Cómo salir de la Matrix

Vivimos en una realidad programada computacionalmente y la única pista que tenemos es cuando una variable es cambiada y una alteración en nuestra realidad ocurre». Sus ideas prefiguran indudablemente la noción desarrollada en la trilogía The Matrix. Una serie que, como ha notado el profesor Robert Thurman, tiene notables influencias budistas (la Matrix del budismo se llama samsara) y que ha producido la gran metáfora de nuestro tiempo para referirse a una sensación milenaria: la sospecha de que el mundo que experimentamos convencionalmente es una ilusión. En su laberíntica y obsesiva reflexión en torno a una serie de visiones místicas que ocurrieron el 2/3/1974, plasmadas en The Exegesis, curiosamente Dick, un gnóstico cristiano, da como posible escapatoria a este dédalo ilusorio que hoy llamamos La Matrix el camino del bodhisattva.

La Sabiduría del Silencio Interno

Cultivar la sabiduría del silencio interno es uno de los mejores métodos para conservar nuestra energía, reequilibrar nuestro ser profundo, y preservar nuestra salud física, emocional y espiritual.
La habladuría constante a través de nuestra mente y de nuestra boca, agotan el chi, y nos debilitan considerablemente.
El mental rechaza el silencio porque el silencio no tiene límites, no tiene forma, y no se puede definir. El mental ama los sonidos y los ruidos porque se parecen a los pensamientos.