En el corazón de este enfoque, ya sea que se trate del autoconocimiento o del conocimiento del cuerpo, está la forma de observar: el arte de escuchar. Normalmente concebimos la observación como dirigida a algún objeto, una concentración, pero aquí permitimos que el objeto aparezca en la observación. Escuchar aquí no se refiere a nuestros oídos, ni a una función cerebral, sino a nuestra total apertura. No se trata de intentar escuchar ya que escuchar es nuestro estado natural, sino de ver que no escuchamos.
Willis Jäger Willigis Jäger representa una espiritualidad contemporánea aconfesional que proporciona a los buscadores del siglo XXI respuestas a sus preguntas perentorias. Como Maestro Zen y de Contemplación está influenciado tanto por la mística cristiano-occidental como por el Zen oriental y, al mismo tiempo, y más allá de estas confesiones, se centra en lo que […]
Palabras de Anandamayí Pregunta: ¿Qué eres tú realmente? Respuesta: ¿Cómo puede surgir esa pregunta en tu corazón? La visión de dioses y diosas aparece de acuerdo con la disposición heredada de cada uno. Yo soy lo que soy y lo que seré; yo soy todo lo que tú concibas, pienses o digas. Pero, de forma […]
Daisetsu Teitaro Suzuki ha sido uno de los más grandes divulgadores del pensamiento oriental en Occidente. Su vida comenzó como el cuarto hijo de un matrimonio de la casta samurái, que perdió sus privilegios a finales del siglo XIX; desde entonces persiguió una visión más filosófica de la vida estudiando en universidades japonesas, pero también en distintos monasterios.
Al menos las personas de mi generación, cuando hemos querido buscar una espiritualidad profunda que nuestra alma reclamaba, pero que las formas estereotipadas de la religión en la que fuimos educados eran incapaces de proporcionarnos, hemos tenido por necesidad que volvernos hacia la luz de Oriente.
Es mucho lo que hemos aprendido. Hemos encontrado sistemas completos de desarrollo personal, libres del sentimiento de culpa en que se basaba nuestra motivación ética. Sobre todo, nos hemos dado cuenta que la espiritualidad – el sentimiento de unicidad con el Fundamento Divino de la realidad, llámese como se llame – no es patrimonio exclusivo de ninguna aproximación o vía, sino un estado de conciencia alcanzable por todos, de hecho el estado de ser humano realizado.
No eres un ser independiente de la naturaleza, sino un aspecto o síntoma de la naturaleza. Como ser humano, la idea de crecer paralelamente a este universo es comparable a una manzana creciendo fuera de un manzano. Un árbol que da manzanas es un árbol con manzanas, al igual que un universo en el que habitan seres humanos es un universo con seres humanos. La existencia de personas pone de manifiesto el tipo de universo en el que vivimos, pero como estamos bajo la influencia de estos dos grandes mitos (el modelo creacionista y el modelo mecanicista del universo) experimentamos esa sensación de no pertenecer a este mundo. En el lenguaje común utilizamos la expresión «vine al mundo», pero no fue así: nosotros surgimos del mundo.