Alcanzar la consciencia

Este sistema pertenece a la clase de sistemas que contemplan al hombre como un ser incompleto y lo estudian desde el punto de vista de su desarrollo posible.

Alcanzar la consciencia

Para seguir plenamente las ideas y métodos del sistema, es necesario reconocer y convenir sobre dos puntos: el bajo nivel de la consciencia y la ausencia práctica de voluntad e individualidad en  el  hombre.  Cuando se  aceptan estos  puntos, es  muy  útil  y  necesario aprender el uso correcto de dos ideas, dos palabras: «útil» y «dañino»; porque es más bien difícil aplicar estas palabras a un estado psicológico y hallar qué es útil en la estructura psicológica del hombre y qué es dañino en ella. Pero si contemplan al hombre desde el punto de vista de su desarrollo posible, se torna claro que lo que ayuda a su desarrollo es útil, y lo que lo impide es dañino. Es muy extraño que sea necesario explicar incluso esto, pero lamentablemente nuestro pensamiento corriente, particularmente cuando se encuentra con graves problemas, no usa esta idea; de alguna manera, perdemos la comprensión de lo que es útil y dañino. Nuestro pensamiento ha adquirido muchos malos hábitos, y uno de ellos es pensar sin propósito. Nuestro pensar se ha tornado automático; estamos absolutamente satisfechos si pensamos y desarrollamos posibles salidas laterales sin tener idea alguna de porqué estamos haciéndolo. Desde el punto de vista de este sistema, tal pensar es inútil. Todo estudio, todo pensar y toda investigación debe tener un objetivo, una finalidad en vista, y este objetivo debe ser alcanzar la consciencia. Es inútil estudiarse sin esta finalidad. Hay razones para estudiarse sólo si uno ha comprendido ya que no tiene consciencia y desea alcanzarla. De otro  modo,  eso  se  torna  precisamente  fútil.  Alcanzar  la  consciencia  se  conecta  con  la liberación gradual respecto de la mecanicidad, pues el hombre, tal como es, está plena y completamente bajo leyes mecánicas. Cuanto más el hombre alcanza la consciencia, más abandona la mecanicidad, lo cual significa que se vuelve más libre de las accidentales leyes mecánicas.

El primer paso para la adquisición de la consciencia es la comprensión de que no estamos conscientes. Pero esta ilusión no puede cambiarse sola, pues hay muchas otras. Como dije antes, la peor de ellas es la ilusión de que podemos «hacer». Toda nuestra vida se basa en esta ilusión. Siempre pensamos que estamos haciendo, cuando, en realidad, no estamos haciendo nada: todo sucede.

Otra ilusión es que estamos despiertos. Cuando comprendamos que estamos dormidos, veremos que toda la historia fue hecha por gente dormida. La gente dormida pelea, crea leyes; la gente dormida las obedece o desobedece. Las peores ilusiones nuestras son las ideas equivocadas entre las que vivimos y que gobiernan nuestras vidas. Si pudiéramos cambiar nuestra actitud respecto de estas ideas equivocadas y entender lo que son, esto en sí mismo sería un gran cambio e inmediatamente cambiaría otras cosas.

P. D. Ouspensky: El cuarto camino capítulo II