Mi alma se debilita y pierde su luz cuando los días pesan sobre mí como losas de granito.
Cuando los acontecimientos, las personas y los pensamientos se repiten sin prestarles atención.
Cuando como por comer y ando por andar.
Cuando miro el reloj constantemente y no sé para qué.
Cuando miro una flor y no siento su aroma.
Cuando me sonríen y no escucho su corazón.
Cuando la nostalgia por el pasado llena mis días.
Cuando pongo todas las esperanzas de felicidad en el futuro.
Cuando la inseguridad del porvenir me aterra.
Cuando el suave susurro del Dios en mí es obviado.
Vivo en el tiempo. Vivo inconscientemente mi vida. Estoy dormida.
Pero despierto cuando…
Cada instante, cada segundo mis ojos y mi corazón perciben lo nuevo que me ofrece mi amigo, mi perro, una flor.
Cuando escucho los latidos del corazón en mí, en todo.
Cuando soy capaz de deslumbrarme cada momento por lo nuevo que me ofrece el aire, los pájaros, una página escrita.
Cuando vivo el instante presente todo es tan real, tan nuevo que mi alma se llena de luz y todo me habla con un nuevo lenguaje.
No dejo de sorprenderme cómo una misma cosa es capaz de ofrecer tantos colores, cómo cada día que amanece tiene tantas posibilidades genuinas, cómo mi corazón es capaz de amar sin debilitarme.
Vivir el instante presente es sumergirse en una vorágine de nuevas sensaciones.
Es descubrir que vivo en todo, soy Dios en mí.
Encarna Penalba- Desde mi ventana