Entendimiento

El entendimiento es necesario, y es una actitud personal. Las personas no convierten a la existencia de la escuela en una preocupación personal, y ésta no puede ser impersonal. En muchos casos, las palabras se alzan en el camino del entendimiento. Las personas hablan de primera línea, segunda línea, tercera línea, repitiendo tan sólo palabras: y cesan de entender nada. Usan estas palabras con demasiada facilidad. Es necesario que usted tenga su propio cuadro personal de estas líneas: antes que usted adquiera conocimiento, nuevas ideas, derribando los viejos prejuicios, descartando las viejas ideas que ha formulado en el pasado y que se contradicen entre sí, estudiándose, estudiando el sistema, intentando recordarse y muchas otras cosas. Deberá pensar sobre lo que quiere conseguir, sobre lo que quiere saber, sobre lo que quiere ser, sobre cómo cambiar los viejos hábitos de pensar, los viejos hábitos de sentir. Todo eso es la primera línea.

 

Entendimiento

 

Luego, cuando esté bastante preparado y haya realizado suficientes esfuerzos durante algún tiempo, podrá ponerse en las condiciones del trabajo organizado en el que podrá estudiar prácticamente. En la segunda línea la dificultad principal del comienzo es no trabajar sobre su propia iniciativa: porque esto no depende de usted, sino de los ordenamientos efectuados en el trabajo. En eso entran muchas cosas: se le dice que haga esto o aquello, y usted quiere ser libre, no quiere hacerlo, no le gusta, o no le gustan las personas con las que ha de trabajar. Incluso ahora, sin saber qué tendrá que hacer, podrá visualizarse en condiciones del trabajo organizado en las que entra sin saber nada sobre él, o muy poco. Estas son las dificultades de la segunda línea, y su esfuerzo en relación con ello empieza con la aceptación de las cosas: porque tal vez eso no le guste: tal vez piense que cualquier cosa que tenga que hacer podrá hacerla mejor a su modo; tal vez no le gusten las condiciones, etc. Y si usted piensa primero sobre sus dificultades personales en relación con la segunda línea, puede entender esto mejor. En cualquier caso, esto está ordenado según un plan y según objetivos que usted no conoce. Hay muchas dificultades más que llegan después, pero así es como esto comienza.

En la tercera línea entra una vez más su propia iniciativa, si usted tiene la posibilidad de hacer algo, no por usted sino por el trabajo. Y aunque no pueda hacer nada, es útil darse cuenta que no puede hacer nada. Pero entonces deberá entender que si todos llegaran a la conclusión de que no pueden hacer nada, no habría trabajo. Esto es lo que quiero decir con realizar un cuadro personal, sin usar tan sólo las palabras: primera línea, segunda línea, tercera línea. Las palabras no significan nada, particularmente en este caso. Cuando usted tenga un cuadro personal, no necesitará esas palabras. Hablará en un idioma diferente, de un modo diferente.

En el trabajo, cada línea, como todo lo demás en el mundo, sigue por octavas, intervalos crecientes, decrecientes, de transición, etc. Si usted trabaja en las tres líneas en total, cuando llegue a un intervalo en su trabajo personal, puede andar bien otra línea de trabajo y le ayudará a pasar al intervalo en su trabajo individual. O su trabajo individual puede andar bien y de ese modo puede ayudarle a pasar al intervalo en alguna otra línea. Esto es lo que quise decir cuando hablé sobre los intervalos en conexión con diferentes líneas.

Lo único que hay que entender en el trabajo es que uno no puede ser libre. Ciertamente, la libertad es una ilusión, pues de ningún modo somos libres; dependemos de la gente, de las cosas, de todo. Pero estamos acostumbrados a pensar que somos libres y nos gusta pensar en nosotros como si fuésemos libres. Empero, en cierto momento debemos renunciar a esta libertad imaginaria. Si conservamos esta «libertad», no podremos tener la oportunidad de aprender nada.

Muchas cosas se vuelven posibles si pensamos en ellas de la manera correcta. Todo problema conectado con el trabajo, si se lo entiende correctamente, le da algo: no hay nada de lo que usted no puede obtener más provecho del que ahora obtiene. Lo primero que ha de aprenderse en este sistema es cómo obtener las cosas; todo lo que usted haga deberá ser hecho con una finalidad, con su propia finalidad. Usted se beneficia con las tres líneas en total, pero, con cada una, de un modo diferente.

Es muy cierto que este sistema no puede pertenecer a todos; ni siquiera puede pertenecer a muchos. Pero nosotros debemos hacer todos los esfuerzos para darlo a tantas personas como sea posible. La expansión de las ideas del sistema será limitada por la naturaleza de las ideas mismas y por la inercia de las personas y su incapacidad para entender estas ideas. Pero no deberá ser limitada por nuestra propia inercia.

El sistema puede llegar a las personas correctas, esto es, a las personas que no sólo toman sino que también dan, sólo si se lo da a una cantidad mayor de personas. Si se limita a un grupo pequeño, jamás llegará a las personas correctas. Los grupos pequeños, si piensan que podrán conservar las ideas para sí, las deformarán y estropearán. La deformación sólo puede evitarse si el trabajo crece y si muchas personas están enteradas de él. Los grupos pequeños, limitados e inmutables, siempre le añadirán algo personal. De modo que, cuanto más crezca el trabajo, más podrá obtener de él cada individuo. Otra razón de por qué las escuelas no pueden existir en una escala demasiado pequeña es que sólo cierta cantidad de personas da una variedad suficiente de tipos. Para un próspero trabajo de grupo es necesaria la variedad de tipos; de otro modo, no hay fricción, no hay oposición. Las personas pensarían que se entendieron entre ellas.

El sistema debe ser egoísta en un sentido. La primera línea del trabajo es egoísta, pues allí usted espera ganar algo para usted mismo. La segunda línea es mixta: ha de tomar en consideración a las otras personas, de modo que es menos egoísta; y la tercera línea no es egoísta en absoluto, pues es algo que usted hace para la escuela, no con la idea de ganar algo de la escuela. La idea de ganar pertenece a la primera línea. De modo que el sistema incluye en sí mismo lo que es egoísta y lo que no lo es.

P. D. Ouspensky: El Cuarto Camino, cap. XI