Visualización benéfica

Ya he mencionado la visualización benéfica. Te recordaré que la esencia del asunto consiste en lo siguiente. Supongamos que  alguien te crea un problema, te causa un disgusto, te ataca. O, al contrario, necesitas conseguir algo de una persona. En este caso hay que intentar determinar aproximadamente qué es lo que le preocupa, qué la corroe, qué le puede faltar: ¿salud, seguridad, confort emocional del alma? Que no te quepa duda de que cada uno tiene algo que le abruma, aunque sea en un grado menor, sobre todo si ese individuo te está creando un problema o si, por el contrario, se lo creas tú a él. Ahora imagina alguna situación en la que ese hombre obtiene lo que necesita.

Visualización benéfica

Por ejemplo, imagínalo ocupado en algo que le guste hacer, cuando se siente placer, satisfacción, tranquilidad, comodidad. No hay que pensar mucho en un guion favorable; visualiza enseguida cualquier imagen que se te ocurra. Supongamos que él está sentado al lado de la chimenea con una jarra de cerveza, que goza bañándose en el mar, pasea por un valle de flores, monta en bicicleta, brinca de alegría. Si logras «complacerle», el hombre, sin causa manifiesta, sentirá simpatía por ti y hará lo que le pidas, o suavizará la situación problemática.

¿Qué es lo que pasa aquí? Aproximadamente lo mismo que du­rante la proyección de una buena película. Por una buena película me refiero a un filme que lleva en sí la sensación de celebrar la vida. La ves y sientes una especie de ligereza, placer y humor festivo en el alma. Pues bien, el cine crea la fiesta del alma a nivel mental y emocional. Mientras la visualización benéfica la crea a nivel energético.

Si has logrado sintonizarte con éxito con el freile de esa persona y adivinar sus necesidades, sentirá una ola de confort.

La diferencia entre una fiesta mental y una energética es la si­guiente: al obtener el manjar energético, el que haya recibido este regalo siente confort, pero no es consciente de cuál ha sido la causa. Pero eso ya no importa. Lo principal es que la persona se siente có­moda precisamente al lado tuyo. Es lo que le causa simpatía por ti. Cabe señalar que la visualización benéfica debe llevarse a cabo con sinceridad, uniendo las aspiraciones del alma y la mente. Si logras ser sincero al desear el bien a esa persona, entonces el efecto será muy perceptible.

Como sabes, precisamente el exceso de energía libre convierte al individuo en una persona encantadora, magnética, fuerte y carismática. La gente, la mayoría de las veces sin darse cuenta, siente la fuerte energía vital de un individuo. Dependiendo de la suavidad o dureza de la emisión, la persona enérgica es percibida como encan­tadora o fuerte. En cualquier caso, la fuerza de la emisión es proporcional a la cantidad de la energía libre y el grado de la unidad del alma y la mente. El exceso de energía libre se desborda como una fuente sobre otras personas, y ellas lo sienten. La energía libre es modulada por los pensamientos de uno. Cuanto más cerca estén las miras del alma y la mente, más pura es la modulación. Por algo todas las personas fuertes dan una impresión de integridad y plenitud interior.

En general, como ya he dicho, el encanto es el amor mutuo entre el alma y la mente. Cuando el alma se libera de la funda, el hombre obtiene fuerza de atracción. El encanto no consiste en la fuerza pro­piamente dicha, sino en la unidad entre el alma y la mente. Eso es exactamente lo que la gente necesita, por ende las personas encanta­doras les atraen como la luz atrae a las polillas. A nivel energético el encanto se manifiesta como una emisión pura de la unidad del alma y la mente. Si además de eso la fuerza de las fuentes de energía es bastante potente, la persona resplandece literalmente con un encan­to excepcional. Una persona encantadora vive en mutuo acuerdo entre el alma y la mente, es decir, según su propio credo. Se encuen­tra en el estado de celebración del alma, disfruta de la vida y se baña en su amor sin sabor alguno a narcisismo. Pues, precisamente esa sensación de celebrar la vida es la que sienten los otros.

Al entrenar tus canales energéticos y al aumentar tu fuerza vital, desarrollas tus capacidades extraordinarias de influir sobre la gente y ganar su simpatía. En general, para ser el alma de la fiesta es im­prescindible y suficiente renunciar a la importancia y activar tus fuentes energéticas.

La persona con exceso de energía libre siempre despierta interés y atrae a los demás. Eso se revela sobre todo con más evidencia si la frecuencia de energía libre está sintonizada con la resonancia de la frecuencia de los pensamientos de la gente que te rodea.

Al comunicarte con la persona cara a cara, podrás lanzarle men­talmente una visualización favorable para él. Si, al mismo tiempo, tus fuentes energéticas están activadas, le causarás la impresión más positiva. Tal método te otorga gran ventaja en situaciones en las que se necesitan tu encanto y tu fuerza personal. Tendrás éxito en negociaciones, exámenes, entrevistas, en las relaciones perso­nales.

Una visualización benéfica te sintoniza con la frecuencia de tu interlocutor de modo más eficaz y tolerante. Los vampiros ener­géticos se sintonizan con el freile tocando las cuerdas sensibles de uno o metiéndose en su alma. Pero a diferencia de ellos, tú no «toqueteas» el freile de alguien y no le quitas la energía, sino, al contrario, le regalas la tuya. Él sin duda lo apreciará y te estará agradecido.

Vadim Zeland: Adelante al pasado, cap. II