Nadie puede sanar a menos que comprenda cuál es el propósito que aparentemente tiene la enfermedad. Pues entonces comprende también que dicho propósito no tiene sentido. Al no tener la enfermedad causa ni ningún propósito válido, es imposible que exista. Una vez que se reconoce esto, la curación es automática. Pues dicho reconocimiento desvanece esta ilusión sin sentido, valiéndose del mismo enfoque que lleva a todas las ilusiones ante la verdad, y simplemente las deja allí para que desaparezcan.
Una enfermedad produce en el hombre muchos disgustos y preocupaciones, crea pensamientos y emociones negativas que se emiten al espacio. Esa energía es tierra bendita para el desarrollo de los péndulos de la enfermedad. Ellos siempre asimilan bien la energía negativa.
La hora del renacer El ego se manifiesta de muchas formas, es siempre la expresión de una misma idea: lo que no es amor es siempre miedo, y nada más que miedo. No es necesario seguir al miedo por todas las tortuosas rutas subterráneas en las que se oculta en la oscuridad, para luego […]
El fin de la enfermedad Toda magia es un intento de reconciliar lo irreconciliable. Toda religión es el reconocimiento de que lo irreconciliable no puede ser reconciliado. La enfermedad y la perfección son irreconciliables. Si Dios te creó perfecto, eres perfecto. Si crees que puedes estar enfermo, has antepuesto otros dioses a Él. Dios no […]
La salud Creo que nunca en la historia el ser humano había dedicado tanta energía como hoy al mantenimiento de la salud física. La sociedad actual reacciona con ansiedad a todo cambio físico y se emplea con vehemencia en lograr un estado de salud perfecto, tanto que esta preocupación por la salud resulta casi […]