La divina paradoja

Con esa toma de conciencia, el mundo entero se autolibera. Al liberarse del monopolio del pensamiento, al liberarse de ese lastre de «yo y mis problemas», todo queda sumido en un gran desahogo. Libre de objetivos y significados, cada momento es una meta en sí mismo, todo tiene un significado intrínseco porque cada momento es lo único que existe ahora y siempre. Libre de toda inhibición, todo está permitido y las consecuencias ni siquiera son posibles.

Aceptar lo que es, más allá de la superación personal

Aceptar lo que es, más allá de la superación personal. La gente siente una tremenda presión para comer la comida adecuada, ir al gimnasio, sobresalir en la escuela, convertirse en alguien, ser un ganador y nunca envejecer. Estamos inundados de historias sobre personas excepcionales y triunfadores. Leemos sobre paracaidistas de noventa años, amputados cuádruples …