El hombre es una máquina

Lo único que uno puede pensar seriamente cuando comprende que está en prisión es cómo escapar, no sentarse y llorar por la injusticia en prisión. Las personas son máquinas, son empujadas en cierto sentido y ruedan, y cuando golpean una pared, se detienen y, luego, empiezan a rodar hacia atrás. La justicia, como muchas otras cosas, depende del lugar. Empecemos colocándola desde el punto de vista del sistema.