¿Cuál es su relación con la naturaleza? Siendo la naturaleza los ríos, los árboles, los pájaros de rápido vuelo, el pez en el agua, los minerales bajo la tierra, las cascadas y pozas de poca profundidad. ¿Cuál es su relación con estas cosas?
La paradoja del tiempo. A simple vista, el momento presente es «lo que sucede». Puesto que los sucesos cambian continuamente, parecería que cada día de la vida consta de miles de momentos en los cuales suceden distintas cosas. El tiempo es para nosotros como una cadena interminable de momentos, algunos «buenos» y otros «malos». Sin embargo, si analizamos más detenidamente, es decir, a través de nuestra experiencia inmediata, descubrimos que realmente no hay muchos momentos. Descubrimos que lo único que hay es este momento.
Deja la vida en pazCuando puedas, echa una «mirada» a tu interior para ver si estás creando conflicto inconscientemente entre lo interno y lo externo, entre las circunstancias externas del momento —dónde estás, con quién y lo que estás haciendo— y tus pensamientos y sentimientos. ¿Puedes sentir lo doloroso que es oponerse internamente a lo que es?
A veces me preguntan: “Jeff, ¿tú meditas?”
Y la respuesta es: No, no lo hago.
O, bueno si, medito, dependiendo de cómo definan la meditación.
No tengo una manera formal de practicarla: no tengo un horario, ni una técnica, no enciendo inciensos ni tengo fotos de gurúes en la mesa.
La solución crea el problema. Si estás tratando de arreglar tu tristeza, tu dolor, tu miedo, tu ira, tu soledad, tus dudas, tu corazón roto, tu profundo anhelo por llegar a Casa, ya lo estás convirtiendo en un problema, por lo que ya te has puesto en guerra.
¿Qué es un sentimiento? Decimos: «Estoy triste» o «Tengo miedo». Pero, ¿cómo lo sabemos? ¿Cómo sabemos que estamos tristes, alegres, enojados, temerosos, confundidos, satisfechos? ¿Dónde está la evidencia, en este preciso momento? ¿Acaso nos estamos contando una historia?
No tienes que ser el mejor, sólo tienes que ser tú mismo. Sólo tienes que ser real y hablar desde el corazón. Y saber que tienes el derecho de ver como ves, y pensar como piensas, y sentir lo que sientes,
A mi entender, todos nuestros problemas, todo nuestro sufrimiento y nuestros conflictos, tanto personales como globales, se derivan de un problema básico: la ignorancia de quiénes somos realmente. Hemos olvidado que somos inseparables de la vida y, como consecuencia, hemos empezado a temerla, y ese miedo nos ha hecho entrar en guerra con ella de maneras diversas. Hemos empleado nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, nuestras emociones y nuestros cuerpos para combatir lo único real, que es el momento presente. Y al intentar protegernos del dolor, el miedo, la tristeza, el malestar, el fracaso…, de todas aquellas partes de la vida que se nos ha condicionado a creer que son malas, negativas, tétricas o peligrosas, hemos dejado de estar verdaderamente vivos.
La felicidad, la verdadera felicidad, la clase de felicidad que no puede ser comprada o vendida o empacada elegantemente, es idéntica a tu propia presencia, a eso que nadie puede darte, y que nadie te puede quitar.