Lo Divino humano

En todos los cielos no hay otra idea de Dios que la idea de un hombre; la razón es que el cielo en su totalidad, y en cada una de sus partes, tiene la forma de un hombre, y lo Divino, que está con los ángeles, constituye el cielo; y el pensamiento procede según la forma del cielo; porque es imposible que los ángeles piensen a Dios de otra manera. De ahí que todos los que en el mundo están conjuntados con el cielo (es decir, con los mundos internos), cuando piensan interiormente en sí mismos, es decir, en su espíritu, piensan en Dios de ma­nera semejante. Ésta es la razón por la que Dios es un Hom­bre. La forma del cielo afecta a eso que en sus cosas más grandes y en las más pequeñas es como sí mismo

Escala de la materia

Cada una de estas materias representa una extensión muy vasta. Ahora debemos estudiar al hombre como una fábrica química y ver el papel que estas materias representan en el cuerpo humano. Algunos de estos hidrógenos podemos estudiarlos física o químicamente, mientras la presencia de otros podemos determinarla sólo psicológicamente. De manera que esta tabla de hidrógenos nos da la posibilidad de estudiar las manifestaciones físicas y psicológicas como manifestaciones del mismo orden, pero de diferentes grados de la materialidad.

Las personas preguntan a menudo de dónde proviene la energía del hombre. Desde este punto de vista, el hombre puede considerarse como una fábrica química que recibe materia prima de afuera y la transforma en otros materiales de calidad más fina.

El hombre es una máquina

Lo único que uno puede pensar seriamente cuando comprende que está en prisión es cómo escapar, no sentarse y llorar por la injusticia en prisión. Las personas son máquinas, son empujadas en cierto sentido y ruedan, y cuando golpean una pared, se detienen y, luego, empiezan a rodar hacia atrás. La justicia, como muchas otras cosas, depende del lugar. Empecemos colocándola desde el punto de vista del sistema.

El hombre sobre la Tierra

Filosóficamente, podemos concebir un estado de cosas en el que todo es uno, como una manzana es una sola. A este estado lo llamamos el Absoluto. De modo que todas las galaxias, nuestro sistema solar, los planetas, la Tierra y la Luna, que está en la esfera de influencia de la Tierra, están todos en el Absoluto.

El hombre y el mundo

Debemos estudiar al mundo en el que el hombre vive, a fin de tratar de entender por qué el hombre es lo que es y por qué no puede ser diferente. No podemos encontrar respuestas a todas estas preguntas si estudiamos al hombre separadamente del mundo en el que vive. En cierto sentido, el hombre es análogo al universo; las mismas leyes operan en él y hallaremos que es más fácil entender alguna de estas leyes, estudiando al hombre, mientras otras leyes las podemos entender mejor, estudiando al universo.Ouspensky, conocimiento, mundo, hombre

El hombre es una máquina complicadísima

El hombre es una máquina complicadísima El hombre es una máquina complicadísima y puede estudiarse en divisiones. En el lenguaje corriente, no usamos estas divisiones y así las personas no se entienden entre sí. Cada hombre consiste en cuatro hombres, cada uno viviendo su propia vida en el mismo hombre, con sus propias asociaciones, sus