Observa

Observa el apego a tu dolor.
Mantente muy alerta.
Observa el peculiar placer que te proporciona ser infeliz.
Observa la tendencia compulsiva a hablar o a pensar en tu desdicha.
La resistencia cesará si la haces consciente.
Entonces puedes llevar tu atención al cuerpo-dolor, mantenerte presente como testigo e iniciar así su transmutación.
Tú eres el único capaz de hacerlo. Nadie puede hacerlo por ti.