La eternidad, hemos dicho, no es sinónimo de un tiempo ilimitado, es la consciencia pura sin límites, es decir, sin sucesividad, sin tiempo. Y la puerta de esa consciencia pura sin tiempo, la puerta de la realidad, es lo más a mano pero lo menos advertido: el ahora, el momento presente.
Observa el apego a tu dolor.
Mantente muy alerta.
Observa el peculiar placer que te proporciona ser infeliz.
Observa la tendencia compulsiva a hablar o a pensar en tu desdicha.
La resistencia cesará si la haces consciente.
Entonces puedes llevar tu atención al cuerpo-dolor, mantenerte presente como testigo e iniciar así su transmutación.
Tú eres el único capaz de hacerlo. Nadie puede hacerlo por ti.
Encontrar el presente Percibir verdaderamente es ser consciente de toda la realidad a través de la conciencia de tu propia realidad. Pero para que esto tenga lugar no debes ver ninguna ilusión, pues la realidad no da cabida a ningún error. Esto quiere decir percibirá tu hermano solamente como lo ves ahora. Su pasado no […]