El parque

La obediencia es violencia, y la humildad no tiene relación con la violencia. ¿Por qué un ser humano ha de tener este temor, este respeto y esta falta de respeto? Tiene miedo de la vida con todas sus incertidumbres y ansiedades y teme a los dioses de su propia mente. Es este temor el que conduce al poder y a la agresión.
Es éste, realmente, un mundo de gran dolor y, para amar, tiene uno que estar fuera de él. Estar fuera es estar solo, no comprometido con el mundo.

SOBRE EL AMOR

Existen multitud de percepciones según quien las perciba, pero no juguemos a ver quién tiene la razón, así nunca acabará este juego y seguiremos sufriendo y separándonos más. Los millones de percepciones humanas están hechas para formar un inmenso arco iris. Las ideas pueden ensamblarse como las cuentas de un collar unidas por el cordón del Amor. Así un día iremos recordando que fuimos hechos de Amor. Que somos capaces de amar sin restricciones porque esa es nuestra esencia largo tiempo encerrada en un frasco de cristal.

SOBRE EL DESAPEGO

Yo alabo más al desprendimiento que al amor, y es por esta razón: lo que el amor tiene de mejor, es que me obliga a amar a Dios, mientras que el desapego obliga a Dios a quererme. Es mucho más noble obligar a Dios a venir a mí, que obligarme a ir hacia Dios, porque Dios puede más íntimamente penetrar y unirse a mí que yo pueda unirme a Dios.

Tengo el poder de decidir

Tengo el poder de decidir Nadie puede sufrir pérdida alguna a menos que ésa haya sido su propia decisión. Nadie sufre dolor salvo cuando él mismo así lo decide. Nadie puede estar afligido, sentir temor o creer que está enfermo a menos que eso sea lo que desea. Y nadie muere sin su propio consentimiento.