«¿Es correcto», pregunta Thich Nhat Hanh, «permitir que las personas se enriquezcan produciendo productos que son tóxicos para nosotros y nuestros hijos? No pueden, en nombre de la libertad, envenenarnos con sus productos, películas, revistas, libros y juegos de computadora».
Hablamos de «libertad de prensa», pero ¿qué pasa con la «libertad del consumidor de medios»? Si deseamos cultivar mentes sanas y compasivas, esa libertad es algo que tendremos que cuidar por nosotros mismos.
El verdadero propósito de este mundo es usarlo para corregir tu incredulidad. Nunca podrás controlar por ti mismo los efectos del miedo porque el miedo es tu propia invención, y no puedes sino creer en lo que has inventado. En actitud, pues, aunque no en contenido, eres como tu Creador, Quien tiene perfecta fe en Sus creaciones porque Él las creó.
A pesar de lo que podamos pensar gran parte del tiempo y lo que implican los programas de noticias, todos deseamos ser personas sanas y de corazón abierto. Podríamos tomar nuestro deseo de ser más sanos y amables y ponerlo en un contexto muy amplio. Podríamos expandirlo en un deseo de ayudar a todas las demás personas, de ayudar al mundo entero. Pero necesitamos un lugar para empezar. No podemos simplemente comenzar con el mundo entero. Tenemos que empezar por llegar a las personas que entran en nuestras vidas a nuestros familiares, vecinos y compañeros de trabajo.
Amiga, no quiero llegar a caer en la negatividad y en la debilidad que da el miedo envuelto en los medios de comunicación. Vivamos desde nuestro interior tan rico y lleno de luz.
A veces no llegas a ser un Buda.
A veces solo tienes que romperte. Y sentir.
Tienes que perder tu precioso ‘despertar espiritual’.
Solo tienes que ser un ser humano, sentir.
A veces resurge el viejo dolor. Viejo miedo. Tristeza. Trauma.
El dolor abrasador del niño abandonado. La rabia de un universo olvidado.
Y de repente, todas sus intuiciones espirituales se desmoronan, todas las hermosas palabras espirituales de los hermosos maestros espirituales, todos los conceptos e ideas sobre el despertar y la iluminación, y la perfección pura de la conciencia pura e inmaculada, y el Yo desinteresado y el yo.
El valor de la verdadera alegría acompasa al corazón que la siente, se esparce como el sembrador esparce sus semillas en un día de verano. Por eso, la alegría, es un estado de gran valor por cuanto ha de fluir del interior, es una consecuencia natural de la fluidez del Ser que se despliega de forma natural, de la misma manera que el sol irradia su luz.