Todo es una sola cosa

Todo es una sola cosa; sólo que a nosotros las cosas nos parecen separadas; en realidad están todas ligadas juntas, como las diferentes partes del cuerpo. Esto se parece a la circulación de la sangre en un organismo, o al fluir de la savia en una rama que crece.
Desde este punto de vista, toda la vida orgánica puede considerarse como un largo trabajo de experimentación con la idea de producir un ser que evolucione por sí. Si el hombre puede alcanzar un estado superior es porque está hecho de ese modo: está creado para ser auto-evolucionante. Los otros seres son sólo experimentos para desarrollar diferentes rasgos, no poseen todas las cualidades que el hombre posee.

Influencias favorables

El hombre, e incluso la humanidad, no existen separadamente, sino como parte del todo de la vida orgánica. La Tierra necesita vida orgánica en conjunto: hombres, animales, plantas. El Rayo de la Creación es una rama que crece, y esta comunicación es necesaria a fin de que la rama pueda crecer más. Todo está conectado, nada está separado, y las cosas más pequeñas, si existen, sirven a algo mayor. La vida orgánica sirve a los fines planetarios, no existe por sí misma. Un hombre individual es una célula altamente especializada en aquélla, pero, en esa escala, una célula individual no existe: es demasiado pequeña. Nuestros puntos de vista corrientes son muy ingenuos y antropocéntricos: todo gira en torno del hombre. Pero el hombre es una cosa muy insignificante, parte de una máquina grandísima.

La vida orgánica

Por lo general, las influencias planetarias sólo las sienten las personas en masas; de manera que éstas son responsables de las guerras, revoluciones y cosas por el estilo. Un hombre individual está muy poco bajo las influencias planetarias, porque la parte que puede ser afectada por ellas no está desarrollada. Esta parte no desarrollada es la esencia.

Hasta cierto punto, el hombre está bajo la influencia del Sol, y puede estar bajo influencias muy superiores si desarrolla centros superiores y se conecta con estos. De modo que el desarrollo significa pasar de una clase a otra clase de influencias. En la actualidad, estamos más particularmente bajo la influencia de la Luna. Tenemos que volvernos cada vez más conscientes para llegar a estar bajo las influencias superiores.

Rayo de la Creación

El Rayo de la Creación no es otra teoría, como las demás teorías que usted conoce; es cierto reordenamiento del material que usted ya tiene. Y el pensamiento nº 4 es el pensamiento que, poco a poco, se deshace de todas las contradicciones. En el pensamiento nº 3, cualquiera sea la línea que tome, uno descubre de inmediato alguna otra teoría que refutará esa teoría particular. En el pensamiento nº 4, no de repente sino gradualmente, uno llega a cierto entendimiento del hecho de que es posible pensar sin contradicciones, entender que las contradicciones no son realmente contradicciones.

El hombre sobre la Tierra

Filosóficamente, podemos concebir un estado de cosas en el que todo es uno, como una manzana es una sola. A este estado lo llamamos el Absoluto. De modo que todas las galaxias, nuestro sistema solar, los planetas, la Tierra y la Luna, que está en la esfera de influencia de la Tierra, están todos en el Absoluto.

Tríadas

Las tríadas se refieren a acontecimientos, de modo que si hablamos de cada acontecimiento por separado, sea grande o pequeño, hemos de entender a cuál tríada pertenece cada uno de ellos. Pero una sucesión de acontecimientos procede según la Ley de los Siete o la Ley de las Octavas. La Ley de los Siete debe entenderse y recordarse desde el punto de vista de los intervalos. Planteándolo sucintamente, la Ley de los Siete significa que ninguna fuerza trabaja jamás continuamente en la misma dirección: trabaja durante cierto tiempo, luego disminuye en intensidad y cambia su dirección o sufre un cambio interior. En cada octava (esto es, un período entre cierta cantidad de vibraciones y el doble o la mitad de esa cantidad) hay dos lugares en los que las vibraciones o, para ser más exacto, las manifestaciones de energía que siguen en el espacio o el tiempo, o en ambos, sufren cierto cambio, disminuyen y luego empiezan de nuevo. Si en esos lugares no entra un choque adicional, la octava cambia de dirección. Esta medida irregularidad en la tasa de vibraciones fue calculada y corporizada en cierta fórmula. Esta fórmula, que expresa una ley cósmica, se aplicó después a la música en la forma de la escala mayor. La Ley de los Siete muestra que ninguna fuerza puede desarrollarse en una sola dirección y muestra los lugares donde ocurren estos cambios o retardos.