Si no amamos nuestras sombras, en realidad no las estamos aceptando, pues no hay diferencia entre la aceptación total y el amor. En la verdadera aceptación, nuestro corazón está completamente abierto y, por tanto, el amor fluye naturalmente. Ya no hay juicios ni separación.
Fue nuestro fracaso en despertar del sueño de rebelión lo que puso en movimiento el drama cósmico que culminó con la fabricación del universo físico. Además, es nuestro fracaso progresivo en despertar de nuestros sueños individuales lo que nos obliga a repetir este “drama” de separación en todos y cada uno de los aspectos de nuestro soñar en este mundo. El perdón se convierte en el medio que el Espíritu Santo, la respuesta de Dios a la separación, utiliza para corregir el pensamiento equivocado del Hijo y reunir a la fragmentada Filiación.
La capacidad de extenderse es un aspecto fundamental de Dios que Él le dio a Su Hijo. En la creación, Dios Se extendió a Sí Mismo a Sus creaciones y les infundió la misma amorosa Voluntad de crear que Él posee. No sólo fuiste plenamente creado, sino que fuiste creado perfecto. No existe vacuidad en ti. Debido a la semejanza que guardas con tu Creador eres creativo. Ningún Hijo de Dios puede perder esa facultad, ya que es inherente a lo que él es, pero puede usarla de forma inadecuada al proyectar. El uso inadecuado de la extensión -la proyección- tiene lugar cuando crees que existe en ti alguna carencia o vacuidad, y que puedes suplirla con tus propias ideas, en lugar de con la verdad.
Del sufrimiento al despertar. Formas de transformar tus emociones
En la raíz de nuestro sufrimiento están las emociones destructivas que el budismo llama kleshas o venenos. En este extracto exclusivo de su nuevo libro, Pema Chödrön nos enseña una práctica de tres pasos para transformar su energía de una causa de sufrimiento en un camino hacia el Despertar.
Cuando llegué a la casa de mi Gurú, estaba lista para su enseñanza y receptiva a todo lo que pudiera darme. Llegué anhelante y dispuesta; no tenía ni idea de lo que sucedería, pero supe desde el primer momento que no le abandonaría jamás. Sí sabía, no obstante, que fuera cual fuere la madurez espiritual que alcanzara en mi vida, a partir de ahora él la intensificaría y la sustentaría hasta donde fuera posible. Muy poco después de conocer a Maharajji, me dijo: «Un día ocuparás mi puesto». Guardé aquellas palabras en mi corazón y no hice absolutamente nada con ellas. Cada uno de los momentos que pasé con Maharajji tuvo una profunda cualidad de rendición a cualquiera que fuera la razón de que estuviéramos juntos.
A veces no llegas a ser un Buda.
A veces solo tienes que romperte. Y sentir.
Tienes que perder tu precioso ‘despertar espiritual’.
Solo tienes que ser un ser humano, sentir.
A veces resurge el viejo dolor. Viejo miedo. Tristeza. Trauma.
El dolor abrasador del niño abandonado. La rabia de un universo olvidado.
Y de repente, todas sus intuiciones espirituales se desmoronan, todas las hermosas palabras espirituales de los hermosos maestros espirituales, todos los conceptos e ideas sobre el despertar y la iluminación, y la perfección pura de la conciencia pura e inmaculada, y el Yo desinteresado y el yo.