La Falsa Personalidad III

  La Falsa Personalidad III Al tratar de recordarse, es necesario mantener la conexión con las otras ideas del sistema. Si uno toma una cosa y omite otra (por ejemplo, si uno trabaja seriamente sobre el recuerdo de sí sin conocer la idea de la división de los «yoes», de modo que uno se considera

La falsa personalidad II

La falsa personalidad II El «yo» sólo se presume; no sabemos qué es el «yo». Pero conozco a «Ouspensky» y puedo estudiarlo en todas sus manifestaciones. De modo que debo empezar con «Ouspensky», El «yo» es elusivo y muy pequeño; sólo existe como potencialidad; si no crece, la falsa personalidad continuará controlándolo todo. Muchas personas

La falsa personalidad

  La falsa personalidad La vida aporta pruebas para las personalidades. Suponga que usted piensa que algo le gusta muchísimo y luego la vida le pone en condiciones en las que usted puede disfrutar lo que pensó que le gustaba, pero en vez de ello descubre que no lo disfruta para nada, que sólo imaginó

Las diferentes personalidades

  Las diferentes personalidades Cuando hablé primero sobre los muchos «yoes» que hay en nosotros, dije que nuevos «yoes» saltan a cada momento, controlan las cosas por breve tiempo y desaparecen, y muchos de ellos jamás se encuentran. Cuando usted comprende que no es uno solo, que son muchos, que puede conocer algo como cierto

El despertar de la conciencia

  El despertar de la conciencia Una parte inevitable del proceso de autodesarrollo es el despertar de la conciencia, y el despertar de la conciencia impedirá cualquier posibilidad de usar nuevos poderes con un objetivo o finalidad malos. Esto debe entenderse definidamente desde el comienzo mismo, porque la conciencia, cuando despierta, no le permitirá a

Apertura de la conciencia

  Apertura de la conciencia La felicidad significa equilibrio, y el equilibrio es imposible en nuestro estado, tomando al equilibrio en el sentido de armoniosidad. Siempre estamos equilibrados de cierto modo, pero de un modo equivocado. Si fuéramos armoniosos en nuestro estado actual, no tendríamos razón para cambiar; de modo que la naturaleza dispuso muy