El secreto

¡Qué milagro estar vivo ahora, en este día, en este día de todos los días! ¡Qué regalo, que indescriptible alegría! Tomar el desayuno, ir al baño, ducharse, vestirse y salir al aire fresco. Experimentar placer dolor felicidad y tristeza, aunque todo sea un juego de la conciencia y aunque todo suceda para nadie…

Vivir, aunque la vida no está separada de la muerte. Moverse a través de este mundo hermoso, frágil y transitorio, encontrarte contigo una y otra vez en miles de lugares diferentes, disfrutar de todo lo que la vida tiene que ofrecerte, aunque sepas que finalmente morirás y que este cuerpo se verá destruido por el cáncer, el corazón te fallará o te atropellará un coche…

La fuente de toda abundancia

La abundancia es la experiencia en la que nuestras necesidades se satisfacen con facilidad y nuestros deseos se cumplen de manera espontánea. Experimentamos alegría, salud, felicidad y vitalidad en cada momento de nuestra existencia.
La abundancia es realidad y el propósito de esta página es proporcionarnos un conocimiento profundo de la naturaleza de la realidad.

El problema del vivir

Hay otra acción que llega cuando existe un espacio sin centro, una dimensión en la que no hay causa y efecto. Desde ella, el vivir es acción. Aquí, al no haber un centro, cualquier cosa que se haga es libre, gozosa, sin dolor ni placer. Este espacio y esta libertad no son el resultado del esfuerzo y el logro, pero cuando el centro se termina, existe lo otro.

¿Cómo podemos permanecer abiertos tanto al sufrimiento como a la alegría de vivir?

Tú y yo nos estamos entrenando para ser libres. Estamos en entrenamiento para estar tan presentes, tan espaciosos, tan acogedores, estamos en entrenamiento para no mirar hacia otro lado, negar o cerrar nuestros corazones cuando no podemos soportar algo. La declaración, «No puedo soportarlo», es lo que te quema. Cuando estás en presencia de sufrimiento y contracción, es la contracción lo que te mata de hambre.

Llámame por mis verdaderos nombres (poema)

No digas que partiré mañana
porque todavía estoy llegando.
Mira profundamente: llego a cada instante
para ser el brote de una rama de primavera,
para ser un pequeño pájaro de alas aún frágiles
que aprende a cantar en su nuevo nido,
para ser oruga en el corazón de una flor,
para ser una piedra preciosa escondida en una roca.