¿Cómo podemos permanecer abiertos tanto al sufrimiento como a la alegría de vivir?

Tú y yo nos estamos entrenando para ser libres. Estamos en entrenamiento para estar tan presentes, tan espaciosos, tan acogedores, estamos en entrenamiento para no mirar hacia otro lado, negar o cerrar nuestros corazones cuando no podemos soportar algo. La declaración, «No puedo soportarlo», es lo que te quema. Cuando estás en presencia de sufrimiento y contracción, es la contracción lo que te mata de hambre.

Llámame por mis verdaderos nombres (poema)

No digas que partiré mañana
porque todavía estoy llegando.
Mira profundamente: llego a cada instante
para ser el brote de una rama de primavera,
para ser un pequeño pájaro de alas aún frágiles
que aprende a cantar en su nuevo nido,
para ser oruga en el corazón de una flor,
para ser una piedra preciosa escondida en una roca.

ALEGRÍA

El valor de la verdadera alegría acompasa al corazón que la siente, se esparce como el sembrador esparce sus semillas en un día de verano. Por eso, la alegría, es un estado de gran valor por cuanto ha de fluir del interior, es una consecuencia natural de la fluidez del Ser que se despliega de forma natural, de la misma manera que el sol irradia su luz.

El fin de la espiritualidad

Soy invisible porque me he convertido en todo lo que se ve y todo lo que se conoce y desconoce todavía.
No practico la espiritualidad.
He sido destruido, deconstruido, deshuesado y nacido de nuevo, reconstituido como hombre, informe como forma.
He sido recreado inseparable de esta ordinariedad, resucitado con el vientre de los pájaros riendo en los cables eléctricos al amanecer.

La luminosidad de estar presente en el cuerpo

Contrario a lo que a la mente egoica le gustaría creer, la liberación del sufrimiento del dolor y la pérdida asociados con la forma física no viene de escapar del cuerpo, sino estando completamente presente en él. Es muy probable que estar completamente presente en el cuerpo (o más bien, en el campo de energía más profundo del cuerpo) no solo traiga la paz de una presencia inefable, sino también una gran ligereza para la forma física. Y es muy probable que se experimente una mayor vitalidad, dinamismo y un sentido de bienestar y alegría.