Cooperar y compartir

Ya hay un gran número de personas preparadas para trascender el individualismo y vivir la unidad a un nivel superior, no a base de elucubraciones filosóficas sino de manera concreta, lo cual se traduce en un deseo de cooperación y de unión, en un deseo de reunirse en comunidad para crear juntos desde una visión común; no porque se tenga necesidad de los demás, sino porque se siente un impulso interno –en realidad, el del Maestro del Corazón– para poner en común las facultades y recursos de cada uno para el bien de todos. Eso da lugar a un nuevo tipo de grupo o comunidad, casi opuesta en sus características a las tribus o grupos que seguían pasivamente a su jefe. Están constituidos por personas autónomas, responsables y muy desarrolladas a nivel individual, que deciden libremente, desde el corazón, reunirse para llevar a cabo una tarea común en medio del respeto, la cooperación y el apoyo mutuos. Es el modo óptimo de funcionamiento del ser humano, el que hará que el mundo cambie por completo. Y el que desea el Maestro que reside en el Corazón. Cuando se alcanza ese estadio, la coherencia se establece en uno mismo, en las creaciones comunes y en el entorno. La conciencia de la humanidad se ha desarrollado ya lo suficiente como para dejar de funcionar de modo individual y separado; debe tener una visión común y recuperar su capacidad de compartir.

Sombras del pasado

Si se ha olvidado todo, excepto los pensamientos amorosos, lo que queda es eterno. Y el pasado transformado se vuelve como el presente. El pasado deja de estar en conflicto con el ahora. Esta continuidad extiende el presente al aumentar su realidad y su valor en la percepción que tienes de él. En estos pensamientos amorosos, y oculta tras la fealdad de la relación no santa en la que se recuerda el odio, se encuentra la chispa de belleza dispuesta a cobrar vida tan pronto como se le entregue la relación a Aquel que le infunde vida y belleza. Por eso es por lo que la Expiación se centra en el pasado, que es la fuente de la separación y donde ésta debe ser des-hecha. Pues la separación debe ser corregida allí donde fue concebida.

El mundo perdonado

Esta belleza no es una fantasía. Es el mundo real, resplande­ciente, puro y nuevo, en el que todo refulge bajo la luz del sol. No hay nada oculto aquí, pues todo ha sido perdonado y ya no que­dan fantasías que oculten la verdad. El puente entre ese mundo y éste es tan corto y tan fácil de cruzar, que nunca te hubieses podido imaginar que fuese el punto de encuentro de mundos tan dispares. Mas este corto puente es la cosa más poderosa conec­tada a este mundo. Este ínfimo paso, tan pequeño que ni siquiera has reparado en él, es un salto que te lleva a través del tiempo hasta la eternidad, y te conduce más allá de toda fealdad hacia una belleza que te subyugará y que nunca cesará de maravillarte con su perfección.

Freile

Si uno no se quiere a sí mismo, si está descontento consigo mismo, se dedica a algo que no le gusta, si su mente está perturbada y en desacuerdo con el alma, tal persona no puede tener una belleza encantadora. Cualquier conflicto entre el alma y la mente se refleja en la apariencia y el carácter de uno. En cambio si el individuo está contento consigo mismo, vive a gusto, se dedica a algo que le complace, en tal caso parece que emanara una luz interior. Eso significa que su mente se ha sintonizado con el freile de su alma.

La búsqueda del amor

  La búsqueda del amor No temas examinar la relación de odio especial, pues tu libera­ción radica en que la examines. Sería imposible no conocer el significado del amor si no fuese por eso. Pues la relación de amor especial, en la que el significado del amor se halla oculto, se emprende solamente para contrarrestar

Palabras mágicas

Palabras mágicas Cuando sembramos una semilla, lo que esperamos de ella es que crezca un árbol. Igual sucede con lo que decimos, nuestras palabras tienen un poder creativo. Cuando hablamos le estamos dando vida a lo que decimos, estamos sembrando las semillas de lo que mañana será un árbol. Somos quienes somos porque lo hemos