La oración es un camino que ofrece el Espíritu Santo para llegar a Dios. No es simplemente una petición o una súplica. No tendrá éxito hasta que te des cuenta de que no pide nada. ¿De qué otra manera, si no, podría cumplir su propósito? Es imposible rezar por ídolos y esperar llegar a Dios. La verdadera oración debe evitar la trampa de convertirse en una súplica. Pide, más bien, recibir lo que ya ha sido dado; aceptar lo que ya está ahí.
Yo alabo más al desprendimiento que al amor, y es por esta razón: lo que el amor tiene de mejor, es que me obliga a amar a Dios, mientras que el desapego obliga a Dios a quererme. Es mucho más noble obligar a Dios a venir a mí, que obligarme a ir hacia Dios, porque Dios puede más íntimamente penetrar y unirse a mí que yo pueda unirme a Dios.
Esta es la historia de un rayo de sol. La pepita dorada luce en la sonrisa, en el olor, en las palabras, en las miradas de todos los niños,
La puerta está abierta. Sé el cambio que quieres ver en el mundo. En la superficie del mundo ahora, hay guerras, violencia, y el futuro parece oscuro.
El Espíritu del valle. Hacía días que los vientos fríos del invierno empezaban a alejarse, dejando espacio a unas mañanas más suaves y luminosas. Los rayos del sol penetraban la tierra despertando la naturaleza. Las plantas y árboles lo agradecían, exhalando de su cuerpo nuevos brotes de un tímido verde brillante.
Hoy pensaba o más bien recordaba, a las personas que han pasado por mi vida y qué pocas, realmente, se han quedado en ella. Podríamos verlas como chispas de luz que, en un momento determinado, iluminan nuestra alma, también nosotros la suya. No elegimos quienes vendrán, simplemente llegan a nuestro lado dejando una impronta, una