Filtros mentales

La mayor parte de las veces somos nosotros quienes juzgamos las acciones de los demás como malas a partir de nuestra propia percepción deformada por nuestros filtros mentales, mientras que en realidad esas acciones son irreprochables, tales como son. Seamos muy prudentes antes de juzgar, porque lo que nos molesta más en los demás es a menudo lo que de nosotros hay en ellos y no queremos ver… Pero suponiendo que el otro ha obrado verdaderamente «mal», entonces recordemos que esta persona ha obrado lo mejor que podía hacerlo, con todos sus miedos, sus traumas pasados, su nivel de evolución, sus programaciones de infancia, etc. Elegimos considerar esta persona como un ser en evolución que busca su camino hacia la luz, tal como noso­tros. Le damos permiso para que cometa errores, como de­bemos dárnoslo a nosotros.

Liberación de la negatividad

El contexto de responsabilidad facilita la transformación y la liberación de todo el arsenal de emociones negativas tales como el miedo, la cólera, el resentimiento, el rencor, el senti­do de injusticia, los celos, la censura, el juicio, la culpabilidad, etc.Es una de las consecuencias más importantes del contex­to de responsabilidad.

Este contexto permite controlar el yo inferior de forma flexible y no coercitiva. Permite sustituir la substancia men­tal-emocional de baja calidad hecha de negatividad, de orgu­llo, de separatividad y de victimitis por una substancia men­tal-emocional de calidad superior cuyos componentes son: sabiduría, equilibrio, serenidad, inteligencia, amor, etc.

Impresiones agradables

Usted no puede detener las impresiones por completo, pero, como dije, puede alejar las impresiones indeseables y atraer hacia usted otra clase de impresiones, pues debemos entender ya que ciertas impresiones no las debemos admitir. Hay muchas malas impresiones que pueden arruinarnos toda la vida si las admitimos durante un tiempo suficientemente largo, o si tenemos el hábito de buscar ciertas malas impresiones. Por ejemplo, la gente está en la calle mirando un accidente callejero, y luego charla sobre éste hasta el próximo accidente. Estas personas recogen malas impresiones. Las personas que juntan toda clase de escándalo, las personas que ven algo malo en todo, esas también recogen malas impresiones. No ha de pensar tanto en escoger las buenas impresiones como en aislarse de las malas Impresiones.

Los traumas de la infancia

Nuestro Ello es inflexible pero muy paciente en el traba­jo de construcción de su herramienta de manifestación: la personalidad. Si, cuando nuestra conciencia se embarranca con la personalidad, no podemos o no queremos abrirnos al aprendizaje necesario para dar un paso adelante en nuestra evolución, el Ello nos presentará la misma experiencia una y otra vez. Si nos resistimos a lo que nos presenta, o si no estamos del todo dispuestos a asimilar la totalidad de la expe­riencia, no hay por qué inquietarse, se presentará de nuevo, hasta que lo que debe ser dominado, asimilado, integrado, lo sea por completo.

En resumen, reconocerse como el origen de todo lo que existe en nuestra vida no quiere decir ser capaz de explicar racionalmente lo que está ahí. Quiere decir reconocerse como que uno es el origen, eso es todo; sin ningún juicio de nosotros mismos, sin censura, confiando en nuestro Ello que nos guía, y en nuestra inteligencia y nuestro corazón que nos permiten avanzar con lo mejor de nuestros propios recursos, ni más ni menos. Y esta aceptación y esta no resis­tenciabastan para crear una dinámica acelerada de evolución.

Las impresiones pueden ser variadísimas

Una impresión es la más pequeña unidad del pensamiento, la sensación o la emoción.

Admitir las impresiones significa que cierta energía ingresa con ellas. Toda la energía que usted recibe es alimento. El alimento que usted come es material burdo, el aire es más fino, las impresiones son el alimento más fino y más importante. El hombre no puede vivir un solo momento sin impresiones. Aunque esté inconsciente, hay impresiones.

Explicaciones racionales

Si trabajamos para ensanchar los puntos de vista, seguro que es para compren­der mejor, o más bien aceptar, mentalmente; pero también y sobre todo para liberar la estructura mental de su anquilosamiento y abrir la puerta a un tipo de comprensión y de percepción consciente más amplio, más sutil y más direc­to. Es el tipo de conocimiento salido del Ello, lo que llama­mos a veces «intuición». Tomamos esta palabra en el senti­do más elevado del término y no en el sentido habitual que sobreentiende una percepción vaga, emotiva, e incluso poco realista. La verdadera intuición es una capacidad de comprensión superior, no lineal, que incluye a la comprensión intelectual estrictamente «racional» y la sobrepasa. A nivel de la verdadera intuición, la comprensión es efectivamente más clara, más rigurosa y más precisa. Las personas que lla­mamos genios en todos los campos de la razón, ya sea el científico, el artístico u otro, tienen un acceso más fácil a ese tipo de conocimiento. No obstante eso es accesible a todo ser humano en un momento dado o en cualquier momento, puesto que todos estamos dotados al mismo aparato de manifestación. Basta con saber utilizarlo.