Las cuatro etapas para liberarse de la culpabilidad

Podemos elegir consciente y voluntariamente modificar ahora nuestra forma de pensar y de obrar en el mundo. Esto permite mejorarnos mediante una forma libre y autónoma.

No tenemos necesidad de sentirnos culpables para rectificar nuestro comportamiento. Basta con estar conscientes. Es más eficaz y hace menos daño.

¿Para qué sirve la culpabilidad? Para nada, sólo para hacernos desgraciados y paralizarnos en nuestras acciones. Por supuesto que hemos cometido errores, y obrado contra la voluntad de nuestro Ello, y todavía tenemos mucho que aprender. Pero no somos culpables de nada. Somos seres en evolución y en apren­dizaje. Somos nosotros quienes debemos deshacernos de esta forma-pensamiento de culpabilidad y dejarla fuera de nuestro sistema energético con la ayuda de formas-pensamientos que acabamos de presentar y que son infinitamente más sanas.

Ignorancia

Una vez que se entiende claramente que la ignorancia no tiene existencia, que es meramente una ilusión surgida como movimiento de la Consciencia, ¡cualquier indagación posterior sería como proyectar el futuro y examinar el pasado del hijo de una mujer estéril!

La ignorancia desaparece en cuanto es examinada críticamente. Y es por ignorancia que uno cree ver plata en la madreperla. Esta ignorancia sólo puede durar hasta que la madreperla es vista tal como es. La ignorancia desaparece en cuanto se percibe que todo lo que existe es la Consciencia infinita y universal. Todas las manifestaciones fenoménicas son meras apariencias en la Consciencia, como un reflejo en un espejo y por tanto son ilusorias. Todo lo que existe es Consciencia que puede ser representada por el pronombre personal subjetivo “Yo”.

Como la ignorancia no es una entidad real, no podría existir relación entre la ignorancia y el Yo. Sólo puede haber relación entre dos entidades similares.

Centro emocional superior

Sobre si los centros superiores funcionan o no, hay tres teorías diferentes. Una es que funcionan y que no podrían vivir sin funcionar, pero que no están conectados con los centros corrientes debido a la enorme diferencia de velocidad; que es necesario eliminar desde los centros corrientes todas las funciones incorrectas y llevarlas a la más alta velocidad posible, lo cual sólo puede suceder cuando pasamos a otro nivel de consciencia. La segunda explicación es que los centros superiores están latentes; están plenamente desarrollados, pero no trabajan como deberían. La tercera es que no trabajan porque para ellos no hay combustible; que los hidrógenos que pueden servir para ellos de combustible, sólo pueden producirse en otro estado de consciencia. Están en un estado de sueño, pero cuando produzcamos para ellos bastante material, despertarán. Todas estas explicaciones están bien, y todas llegan a lo mismo. Tenemos que volvernos conscientes y controlar nuestros centros inferiores a fin de llevarlos a su mejor estado posible. Entonces, no habrá dificultad para hacerlos tomar contacto con los centros superiores, porque hasta en nuestro estado actual, muy ocasionalmente, muy raramente, tenemos vislumbres de estados superiores: al menos, algunas personas los tienen. De modo que lo importante para nosotros es comprender que los centros superiores no nos mantendrán esperando cuando despertemos. La cuestión es despertar y pasar a otro nivel de consciencia; luego, el centro emocional superior y, después, el centro mental superior responderán de inmediato.

Filtros mentales

La mayor parte de las veces somos nosotros quienes juzgamos las acciones de los demás como malas a partir de nuestra propia percepción deformada por nuestros filtros mentales, mientras que en realidad esas acciones son irreprochables, tales como son. Seamos muy prudentes antes de juzgar, porque lo que nos molesta más en los demás es a menudo lo que de nosotros hay en ellos y no queremos ver… Pero suponiendo que el otro ha obrado verdaderamente «mal», entonces recordemos que esta persona ha obrado lo mejor que podía hacerlo, con todos sus miedos, sus traumas pasados, su nivel de evolución, sus programaciones de infancia, etc. Elegimos considerar esta persona como un ser en evolución que busca su camino hacia la luz, tal como noso­tros. Le damos permiso para que cometa errores, como de­bemos dárnoslo a nosotros.

Liberación de la negatividad

El contexto de responsabilidad facilita la transformación y la liberación de todo el arsenal de emociones negativas tales como el miedo, la cólera, el resentimiento, el rencor, el senti­do de injusticia, los celos, la censura, el juicio, la culpabilidad, etc.Es una de las consecuencias más importantes del contex­to de responsabilidad.

Este contexto permite controlar el yo inferior de forma flexible y no coercitiva. Permite sustituir la substancia men­tal-emocional de baja calidad hecha de negatividad, de orgu­llo, de separatividad y de victimitis por una substancia men­tal-emocional de calidad superior cuyos componentes son: sabiduría, equilibrio, serenidad, inteligencia, amor, etc.

Impresiones agradables

Usted no puede detener las impresiones por completo, pero, como dije, puede alejar las impresiones indeseables y atraer hacia usted otra clase de impresiones, pues debemos entender ya que ciertas impresiones no las debemos admitir. Hay muchas malas impresiones que pueden arruinarnos toda la vida si las admitimos durante un tiempo suficientemente largo, o si tenemos el hábito de buscar ciertas malas impresiones. Por ejemplo, la gente está en la calle mirando un accidente callejero, y luego charla sobre éste hasta el próximo accidente. Estas personas recogen malas impresiones. Las personas que juntan toda clase de escándalo, las personas que ven algo malo en todo, esas también recogen malas impresiones. No ha de pensar tanto en escoger las buenas impresiones como en aislarse de las malas Impresiones.