CUENTO SUFÍ

Tuve miles de maestros. Decir sus nombres me llevaría meses y ya es muy tarde… Sin embargo, hay tres maestros de los que te hablaré. Uno fue un ladrón. Una vez me perdí en el desierto y cuando llegué a una aldea era muy tarde, todo estaba cerrado. Finalmente encontré a un hombre que estaba tratando de hacer un agujero en la pared de una casa. Le pregunté dónde podía pasar la noche y me dijo: “A esta hora va a ser difícil que encuentres un lugar, pero puedes quedarte conmigo, si no te molesta estar con un ladrón”. Era un hombre maravilloso y me quedé un mes con él. Todas las noches me decía: “Ahora me voy a trabajar. Tú descansa y reza.

MIRAR LA VIDA

Hoy meditaba ante la actitud humana sobre la vida y el por qué  son tantas las veces en las que nos sentimos mal. Es cierto que los acontecimientos diarios  que nos han tocado vivir nos ponen a prueba, pero miremos bien y reconozcamos cuantas son las veces en las que solo perseguimos lo que nos gusta y nos da bienestar y rehuimos rechazando lo que nos repele. Nadamos siempre entre estas dos corrientes y esto, no cabe duda, nos deja exhaustos, cansados e insatisfechos.
¿Es posible observar la vida tal como es en su fluir constante, sin quererle imponer las preferencias del momento?

Cómo nuestras creencias «crean» nuestra realidad

Esta última reflexión, nos remite al yo superficial. Este, es la autoimagen y el conjunto de ideas y creencias en los que asentamos erróneamente el sentido básico de nuestra identidad.
Pensemos en cómo, cuando éramos aún muy pequeños, empezamos a asumir del exterior, a modo de creencias incuestionables, ciertas consignas que definían cómo debían ser las cosas y, muy en particular, cómo teníamos que ser, sentir y pensar (lo decisivo no parecía ser «quiénes éramos,» sino el que fuéramos «de una determinada manera» y no de otra).

AQUEL QUE TE AMA

Hoy pensaba o más bien recordaba, a las personas que han pasado por mi vida y qué pocas, realmente, se han quedado en ella. Podríamos verlas como chispas de luz que, en un momento determinado, iluminan nuestra alma, también nosotros la suya. No elegimos quienes vendrán, simplemente llegan a nuestro lado dejando una impronta, una

El ego, el tiempo y el ahora

El ego, el tiempo y el ahora I. La relación más importante y primordial de la vida es la relación con el Ahora. O mejor aún, con cualquiera que sea la forma que adopte el Ahora. Es decir, lo que es o lo que sucede. Si la relación con el Ahora es disfuncional, esa disfunción se reflejará en todas las relaciones y en todas las situaciones de la vida.