El mito de la liberación

No hay modo alguno de saber nada, porque no hay palabras para referirse a lo que esto es. Y, como ocurre con los recién nacidos, todo se nos ofrece entonces como si lo viésemos por vez primera. Nada tiene nombre y, como Adán en el jardín del paraíso, empezamos a nombrarlo todo desde cero.
Las personas despiertas y las personas iluminadas son meros sueños. El único que quiere despertar es el personaje onírico y, cuando finalmente despierta, resulta que ha despertado del sueño.

Encontrar la paz entre el ruido del mundo

Mientras descanso en la quietud de no saber todas o ninguna de las respuestas, le prometo a mi corazón que descansaré en ella con más frecuencia. Lo único que sé. Ella es sabia. Ella es verdad. Ella me guiará con gracia. Ella apagará mi sed de conocimiento con su dulce seguridad de que lo que sea que sea, será. Con ella como mi aliada, puedo acurrucarme en la comodidad de no necesitar saber ni comprender más que el amor que tengo en este momento y en cada momento que sigue. Porque mientras el conocimiento va y viene, se prueba y desacredita, cambia y permanece igual, el único conocimiento verdadero es que mi corazón siempre revelará mi verdadero camino.

Rendirse y dejar Ir 2

A menudo nos preocupa que de alguna manera nos hemos salido del camino. Creemos que tal vez nuestra vida está fuera de camino, y hemos cometido errores que son irreparables. Tal vez le preocupe no estar exactamente donde cree que debería estar, ya sea el trabajo que pensó que tendría para esta edad, el estado de la relación o el lugar donde viviría en este momento de su vida. Si no estás donde creías que estarías, puedes sentirte un fracaso. A este destino lo llamo desastre, la sensación de que nuestra vida está fuera de camino. Este ciclo interminable nos mantiene constantemente alcanzando las expectativas que nos hemos impuesto. Estas expectativas generalmente se derivan de necesidades insatisfechas, y nuestra mente nos dice que esto es lo que debemos hacer, ser, lograr para ser cumplidos. Si, por algún motivo, la vida no coincide con nuestros planes, nos responsabilizamos y sentimos que fracasamos.

Rendirse y dejar Ir

No hay nada tan ansioso como la incertidumbre. Nuestras mentes ansían la previsibilidad: queremos saber qué sucederá a continuación para poder planificarlo. Algunos de nosotros (como yo) enfrentamos el estrés y la ansiedad planificando el futuro, descubriendo lo que viene después, haciendo cosas.
Pero una verdad fundamental sobre la vida es que no podemos predecir el futuro. Hacer cosas no cambia eso. No podemos saber qué traerá el mañana. Si bien esa realidad siempre ha sido cierta, a veces se siente más presente.

Creando una ‘fe viva’

Todo lo que hago surge de esa profundidad. Todo lo que creo está conectado con lo que soy espiritualmente. Y quien soy espiritualmente es quien actúa por la justicia y la paz. Esta es mi fe viva. Tiene poco que ver con la religión y no requiere una iglesia. Es una fuerza espiritual que está activa donde quiera que esté.

Cómo vivir una vida de satisfacción

En nuestra vida cotidiana, a menudo nos apresuramos en las tareas, tratando de hacerlas, tratando de terminar todo lo que podamos cada día, acelerándonos hasta nuestro próximo destino, corriendo para hacer lo que tenemos que hacer allí, y luego poder acelerarnos hacia otro.
Desafortunadamente, a menudo no es hasta que llegamos a nuestro destino final que nos damos cuenta de la locura que es todo esto.
Al final del día, a menudo estamos agotados y estresados por la rutina, el caos y el ajetreo. No tenemos tiempo para lo que es importante para nosotros, para lo que realmente queremos hacer, para pasar tiempo con nuestros seres queridos, para hacer cosas que nos apasionan.